A mi me gustan ambos tipos, pero es cierto lo que dice don Pedro, hay algo especial, una vinculación mas personal entre el reloj y su dueño, cuando no es el mero movimiento de la muñeca el que mantiene el reloj funcionando.
Ese acto, a veces casi reflejo, de coger la corona y darle carga y mirar el reloj no sólo para ver la hora, sino para comprobar que esté a punto, me parece -se van a reir- un gesto consciente de intimidad del hombre con la máquina, como diciéndole a tu reloj: No te preocupes, yo estoy aquí y te mantendré en movimiento.
En fin, fuera las reflexiones filosóficas: en gusto no hay nada escrito y que cada cual disfrute lo que más le guste.
Saludos!:rules: