Quintiliano
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Por supuesto es una forma drástica de hablar con la intención de explicar mi punto de vista.
Hacer que un producto pueda durar más incrementando el coste y que por determinados motivos no decidas hacerlo, pues será discutible y habría que ponerse en la situación del fabricante.
Pero me parece fatal y pienso que no debería estar permitido, crear algo con poca duración intencionadamente con la intención de generar consumo.
Los soviéticos si no recuerdo mal, en relación con los relojes, indicaban su vida útil, que en un reloj de buena calidad como un Vostok Amphibia automático era de unos 10 años.
Naturalmente, se referían a vida útil sin mantenimientos ni especiales atenciones.
Creo que lo que las marcas deberían hacer es informar al consumidor acerca de la vida útil que se le calcula al producto, sea éste cual sea, lo mismo un reloj que una bombilla o una lavadora. Así nos ahorraríamos disgustos al dar por supuesto cosas como que comprando una marca X obtenemos un producto más duradero, porque podríamos equivocarnos por completo.
Por ejemplo, he visto averiarse un televisor Sony plano de alta gama en cinco años contados, mientras que un monitor plano del año 2004 Compaq sigue como nuevo y otro marca OKI igual. Por cierto el televisor Sony fue tratado de maravilla. Y un monitor Fujitsu-Siemens también se averió del mismo modo. Pero eso no me pasó con un Samsung o un Asus.
¿Garantiza durabilidad comprar una marca de prestigio? Me parece dudoso. Creo que hay que exigirle a los fabricantes que faciliten ese dato técnico, que ellos han calculado y conocen bien: la duración promedio de su producto. Y ya está. Quien no esté conforme que compre otro producto de otra calidad.
Lo que no está bien es confundir al consumidor haciéndole creer que compra "premium" cuando no es cierto y esto es aplicable a todo. Porque está claro que algunos fabricantes consideran que lo que compras no es su producto sino el derecho a usar su producto durante unos miles de horas.
Y ya que sale el tema recuerdo haber leído en las memorias de un abogado catalán la anécdota de un cliente suyo que era fabricante de bicicletas y acumulaba decenas de demandas de sus clientes porque sus bicicletas se estropeaban enseguida. Estamos hablando de la España de mediados de los cincuenta, bastante lejos de la actualidad. El letrado lógicamente informó a este industrial de que sus clientes tenían razón y le iban a ganar los pleitos. El empresario replicó que aún así le compensaba porque como no todos los clientes le demandaban, salía ganando dinero; pero que cuando se hundiese el negocio, lo remontaría de nuevo fabricando buenas bicicletas y ya está. Curiosa anécdota.
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