Bueno vayamos por partes:
Es cierto que algunos vendedores pueden reaccionar con cierta superioridad, como si nosotros, de entrada, supiéramos poco en comparación con ellos. Esta reacción lo que pone de manifiesto es un vendedor, o un profesional, malo, porque desprecia al cliente. Y el cliente es el alma mater de cualquier negocio. Es una caja de sorpresas. Quien ha sido comercial sabe que no debe infravalorar nunca a un cliente. Puede saber más que tú (hoy en día abundan las personas con estudios superiores, de todas las materias) o puede ser un completo ignorante, pero si ha entrado en TU comercio, debes considerarte honrado, ya que te ha elegido a ti pudiendo ir a otro comercio. Así que merece como mínimo un trato digno y cordial.
Sin embargo yo creo que mucha gente que trabaja en relojerías, incluso en relojerías que tienen concesión de marcas importantes, no son relojeros ni profesionales auténticos. Son sólo personas con traje y corbata o con ropa elegante, que intentan parecer entendidos, y son comerciales y no relojeros auténticos. Esa es la imagen que transmite una señora que al mostrarte un reloj lo arrastra por una superficie de cristal en vez de cogerlo con mimo y cuidado. Esa es la imagen que transmite un señor que te escatima la personalización del reloj (algo que se ofrece siempre de forma gratuita, faltaría más, si te compras un reloj "caro") para ahorrarse trabajo.
Hay muchos indicios de que estamos ante un profesional que ama la relojería y un simple comercial.
Dicho esto:
Sobre la afición en sí. Mi técnica es introducir a mis familiares en mi misma afición, y lo he conseguido, al menos parcialmente. Les he ido regalando relojes de cierto nivel, algunos vintages, y les he explicado su tecnología, su valor como piezas mecánicas, como muestras de un arte... es una labor informativa que lleva su tiempo, pero con paciencia, me parece que es una afición que en su justo punto, llevada con sosiego, puede dar muchas satisfacciones, porque estos relojes que nosotros manejamos no pasan desapercibidos y marcan la diferencia, y a las personas les gusta distinguirse y sentirse especiales.
Cuando un chaval descubre esa pequeña maquinita que asoma tras el fondo vista de un Seiko 5 automático, es muy probable que se aficione a llevar el reloj y que termine deseando otro de nivel superior, y al final, has creado en él el gusto por un tipo de cosas que no habría descubierto a esa edad de no ser porque tú se la mostraste.
Esto es lo mismo que el conocer el buen vino o la buena mesa. Hay expertos en vino que diferencian entre vinos de 5 euros y de miles de euros. Hay expertos en la buena mesa que te pueden enumerar los mejores sitios de tapas, restaurantes y cervezas y que saben muchísimo de esos temas.
En definitiva creo que mostrarle a las nuevas generaciones, a nuestros familiares, el mundo de la relojería, es algo bueno para ellos, es algo que les enseñamos, siempre que esta nueva afición la lleven dentro del sentido común naturalmente, como cualquier otra. Lo que no tiene sentido es como he leído alguna vez en un Foro, que alguien se plantee gastarse todo su patrimonio para adquirir un reloj, o pedir una hipoteca, o un préstamo al consumo, y meterse en deudas. Pero no hay nada malo en llevar un reloj automático de buena gama y con el tiempo comprarse un Rolex, un Omega. Creo que todo el mundo debería llevar algún tiempo un reloj de alta gama para comprender lo que esos relojes son en realidad, y luego poder decir "ah pues no es para tanto", pero para eso hay que tener la experiencia.