Pues estáis todos equivocados. El artilugio en cuestión no es otra cosa que un ímprobo causal que mide las constantes arrítmicas del reloj, cuando este se encuentra en posición de decúbito supino. Colocando el reloj en posición de firmes, se produce, gracias a este original sistema, un efecto de condensación de los watios casualísticos de las gónadas relojeriles, que automáticamente consigue que los pilotos de las guarístides se coloquen, por sí solos, en un estado cataléptico iguanodónico que reulta particularmente útil para medir las constantes vitales de los píloros. De esta forma, resulta muchisimo más fácil medir los urrescos de los platinos, aunque hay que tener en cuenta que los mismos deben encontrarse completamente vacíos de colágeno para que el sistema produzca resultados óptimos. :scrito:
La única pega del invento no es otra que, en el caso de que la rosca epitelial llegara a rozar, aunque sea mínimamente, con el pueril cascajo (usésase, la lenteja) del capitonclorio, se corre un serio riesgo de electrocución epitelial.
El invento, por si alguien no lo sabe (aunque lo dudo) es obra de Jonathan Lister junior, hijo del gran relojero y meteorólogo Peter Lister, que adquirió su fama mundial gracias a que, en su juventud, consiguió, por primera vez en la historia, la fisión modular de los leucocitos gástricos.

h:
Hala. :drunk:

arty::rofl: