Andypinto
New member
Hola compañeros:
Hoy, mucho más rápido de lo que esperaba, encontré en mi escritorio un paquete enviado por Pedro Izquierdo.
Como imaginarán, dentro estaba el reloj Longines de mi padre.
La verdad es que se me hizo un nudo en la garganta al abrir la caja y ver la maravilla que Pedro hizo.
Muchos recuerdos y emociones se agolparon en mi corazón.
Cuantas veces lo vi en la muñeca de mi padre o en su mesita de noche.
Recordé como, a veces, a escondidas, me lo probaba en mi pequeña muñeca de niño para ver como se sentía tener un reloj de "grande", de un gigante invencible que todo lo puede, que es la imagen que uno tiene de su padre cuando es un niño.
Por cierto mi padre no era un gigante invencible, sólo era un hombre bueno que no pudo escapar a la Parca cuando, aún joven, su hora llegó.
Lo que viene encerrado en el maravilloso trabajo que Pedro hace en estos viejos relojes llenos de historia, es eso, no sólo nos devuelve un reloj en magnífico estado, sino que nos devuelve una parte de nuestras vidas que creíamos perdida.
Ahí, en ese pequeño conjunto de ruedas, engranajes y tornillos yacen tantas vivencias...
No os puedo expresar la felicidad -pero también la nostalgia- que me produce llevar hoy, ya siendo un hombre de más edad que la que tenía mi padre cuanto hubo de partir, el reloj que a él perteneció.
Pedro, una vez más, muchísimas gracias por lo que has hecho por mi con tanta generosidad.
Para terminar, os dejo unas fotos, malas como todas las que tomo, ( ya me gustaría tener el don de compañeros como Retina o Waltonjones), del reloj de mi padre ya en mi poder.
Muchas gracias por leer este tocho.
Un abrazo a todos.:guay:
Hoy, mucho más rápido de lo que esperaba, encontré en mi escritorio un paquete enviado por Pedro Izquierdo.
Como imaginarán, dentro estaba el reloj Longines de mi padre.
La verdad es que se me hizo un nudo en la garganta al abrir la caja y ver la maravilla que Pedro hizo.
Muchos recuerdos y emociones se agolparon en mi corazón.
Cuantas veces lo vi en la muñeca de mi padre o en su mesita de noche.
Recordé como, a veces, a escondidas, me lo probaba en mi pequeña muñeca de niño para ver como se sentía tener un reloj de "grande", de un gigante invencible que todo lo puede, que es la imagen que uno tiene de su padre cuando es un niño.
Por cierto mi padre no era un gigante invencible, sólo era un hombre bueno que no pudo escapar a la Parca cuando, aún joven, su hora llegó.
Lo que viene encerrado en el maravilloso trabajo que Pedro hace en estos viejos relojes llenos de historia, es eso, no sólo nos devuelve un reloj en magnífico estado, sino que nos devuelve una parte de nuestras vidas que creíamos perdida.
Ahí, en ese pequeño conjunto de ruedas, engranajes y tornillos yacen tantas vivencias...
No os puedo expresar la felicidad -pero también la nostalgia- que me produce llevar hoy, ya siendo un hombre de más edad que la que tenía mi padre cuanto hubo de partir, el reloj que a él perteneció.
Pedro, una vez más, muchísimas gracias por lo que has hecho por mi con tanta generosidad.
Para terminar, os dejo unas fotos, malas como todas las que tomo, ( ya me gustaría tener el don de compañeros como Retina o Waltonjones), del reloj de mi padre ya en mi poder.





Muchas gracias por leer este tocho.
Un abrazo a todos.:guay: