Pere2010
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El trabajo y otros quehaceres me tienen apartado del foro hace tiempo, bastante tiempo para mi gusto. No obstante mi aptencia por los relojes no ha disminuido un ápice y paso a visitar a menudo mi querido foro de relojes japoneses. Normalmente tiendo a corregir mi parquedad en participación con post relativamente largos y esto no va a ser una excepción. No obstante no voy a hablar de ninguna nueva adquisición, más bien de una antigua, bastante antigua, la más antigua de todas: la primera. ¿cual fue el primer reloj que os comprasteis con vuestro dinero?
En micaso la cosa ocurrió hace unos dieciséis años, en unas navidades como estas, estaba en Tenerife de vacaciones y nos tomamos un día para ir de compras (cosa típica en Canarias). Medrando por un bazar del Puerto de la Cruz se me cruzó este reloj RACER cronógrafo y debió ser amor a primera vista por que lo compré sin pensármelo. Del precio recuerdo que, por aquél entonces, no fue especialmente barato (aunque tampoco un precio inasumible), sobre todo para mi economía del momento; unas 21.000 pesetas creo recordar.
El RACER en su estado original. En esta fotografía no pueden apreciarse claramente los rayones que tenía cuando lo encontraré, para valorar adecuadamente los
desperfectos mejor ver la última foto del post
¿Qué me atrajo? Pues no lo recuerdo exactamente, quizás el sin fin de funciones que incorporaba: calendario, dos alarmas, cronógrafo, cuenta atrás y segundo uso horario. Todo ello manejado de una forma muy vistosa por unas agujas que giran y giran ajustándose en cada selección. También puede que me atrajeran las agujas azules sobre el fondo blanco, una cosa que siempre me ha parecido muy vistosa sin entrar en el nivel de la estridencia. O puede que simplemente fuera un reloj a la moda del momento.
Un movimiento grande, de dimensiones similares a un Miyota 8200 o un 7S26.
Resumiendo, el reloj acabó en mis manos y mi dinero en el bolsillo del tipo que me lo vendió. Pero la historia iba a dar un giro inesperado, que acabaría con quince años de separación entre yo y el reloj.
Poco después de volver del viaje el reloj acabé cediéndoselo a mi hermano, que muy solícito se lo quedó. Durante los siguientes diez años le propinó un trato... brutal. Hasta que una tarde el reloj dejó de funcionar. Ante tal tesitura su solución fue buscarse otro y aparcar el que yo le había regalado dentro de un cajón. No fue hasta bastante más tarde (unos cinco años) que poniendo las cosas en orden el reloj apareció de nuevo.
La pila hacía tiempo que se había agotado, al cambiársela, descubrí que las manecillas no se movían, cosa que indicaba vida pero no daba para alumbrar esperanzas. Como yo de relojes de cuarzo se poco, fui a un relojero (cosa que recomiendo cuando uno sabe que hacer). Fue una sabia decisión por que por apenas unos 16 euros me devolvieron el reloj funcionando a la perfección.
Luego solo quedaba reparar el exterior (o adecentarlo un poquito). El brazalete original estaba tan hecho polvo como el reloj. En algún momento pensé en repararlo, pero por el momento es algo que sólo de pensarlo consume mi paciencia. Así que decidí centrarme en la caja. Estaba llena de arañazos y golpes, algunos tan profundos. Entonces recurrí a unos paños de Cape-Code que había comprado tiempo atrás. Todavía estaban húmedos con lo que sea que lleva. Unas cuantas friegas y los arañazos y golpes empezaron a a disimularse, algunos incluso a desaparecer. No quise pasarme, pues me daba miedo borrar los números que lleva pintados (uno ya se había borrado con el tiempo). El resultado final fue brillante, tanto que ahora el brazalete original lucía apagado y viejo.
Había que buscar pues un nuevo asiadero para mi muñeca. Rebuscando en mis cajones encontré una correa naranja disponible, un color arriesgado. No obstante, como por el momento no tenía otra opción fue la que al final terminé colgándole. Tiene una cierta holgura por que la distancia entre los hombros de la caja es de 19mm (una medida extraña) y la correa es de 18mm. No obstante creo que podré vivir con una holgura de un milímetro.
Aquí pueden apreciarse todas las funciones del reloj. Es destacable la esfera superior indicando el mes en curso (los minutos en modo crono), la pequeña izquierda
que nos da la información am/pm y la inferior que indica la opción de funcionamiento seleccionada. El bisel interno indica el día en curso. Un detalle molesto es que
las agujas no son luminosas, por tant la visibilidad nocturna es nula.
Como se puede ver algunas marcas han resultado indelebles al Cape Code. No obstante el resultado mejora bastante y el aspecto visual es similar al de la foto.
El Bisel interno sirve para indicar el día del mes con la aguja del segundero, obviamente cuando se indica el día no se indican los segundos. En la posición CAL
la aguja queda fija en el día del mes, sin indicar los segundos. Un sistema un tanto engorroso pero peculiar.
El resultado es el que podéis apreciar. Me ha gustado tanto el resultado que este reloj ha conseguido algo que parecía imposible: desplazar a mi sempiterno Citizen NY2300 de mi muñeca, al menos por estas fiestas. Definitivamente creo que se va a convertir en mi reloj para veranos y viajes (cosa bastante apropiada si tenemos en cuenta el clima y la situación en que lo adquirí). En todo mi reloj para correas extravagantes.
Aquí con unos colegas para poder apreciar las dimensiones reales.
Entrando en detalles, decir que no es un reloj muy grande (aunque era grande en su momento). Se ve empequeñecido justo a mi SKX007 o incluso junto al más modesto Citizen NY0040 (no hablemos del Mako). Incluso el NY2300 parece discutirle las cuestiones de tamaño. Pero bueno no en vano no hay que olvidar que el niño tiene 16 años y que antes los relojes no eran tan sobrados como hoy en día. Las medidas concretas son las siguientes:
Alto: 45 mm (de punta a punta)
Ancho: 39mm
Grueso: 90mm
Anchura de hombros: 19mm
Aspecto de insecto. Es curiosa llama la atención la posición de la tija a las 4.
A pesar del vistoso fondo roscado y rematado con un pez espada, la resistencia subacuática es de unos meros 50 metros (5 atmósferas, lo justo para ducharse y poco más). No es que sea un problema por que con mis divers sumergibles a dos cientos metros jamás me acercado a nada más profundo que una piscina.
Un fondo bastante elaborado. Reclama su ascendencia nipona.
Tras una limpieza a fondo, no ha aparecido señales de corrosión. Cosa que es bastante buena señal y dice bien del acero de la caja.
El movimiento es un Miyota 6W50 con las funciones que he descrito anterioremnt. Es bastante grande, prácticamente como el de un reloj de cuerda manual y diría que de las mismas dimensiones que un Seiko 5. Las funciones son las que he descrito anteriormente y que no reitero para no aburrir. Sobre el movimiento viene escrito “Japan” aunque a saber si alguna vez un nipón tocó tal cosa. La tapa trasera también viene rematada con bajo el nombre de la marca.
Y esto último es cierto, por que Racer es un marca perteneciente a Orient (y por ende a Seiko) especializada en relojes de cuarzo para el mercado europeo.
El diseño en general es muy de los noventa y me recuerda inevitablemente al salvavidas de un barco.
Aquí mi Racer junto a otro de mis históricos, un cronógrafo Pulsar.
Y esto es todo, muchos otros han venido después, algunos más caros, otros más baratos, otros de mejor marca, otros sin marca, unos mecánicos, otros solares... pero ninguno con diamantes. No obstante, éste fue, ha sido y será siempre el primero. Y esta vez ha vuelto para quedarse.
Saludos a todos y feliz año nuevo.
PS: Y si alguno se anima que postee sus cuarzos nipones viejunos.
En micaso la cosa ocurrió hace unos dieciséis años, en unas navidades como estas, estaba en Tenerife de vacaciones y nos tomamos un día para ir de compras (cosa típica en Canarias). Medrando por un bazar del Puerto de la Cruz se me cruzó este reloj RACER cronógrafo y debió ser amor a primera vista por que lo compré sin pensármelo. Del precio recuerdo que, por aquél entonces, no fue especialmente barato (aunque tampoco un precio inasumible), sobre todo para mi economía del momento; unas 21.000 pesetas creo recordar.
El RACER en su estado original. En esta fotografía no pueden apreciarse claramente los rayones que tenía cuando lo encontraré, para valorar adecuadamente los
desperfectos mejor ver la última foto del post
¿Qué me atrajo? Pues no lo recuerdo exactamente, quizás el sin fin de funciones que incorporaba: calendario, dos alarmas, cronógrafo, cuenta atrás y segundo uso horario. Todo ello manejado de una forma muy vistosa por unas agujas que giran y giran ajustándose en cada selección. También puede que me atrajeran las agujas azules sobre el fondo blanco, una cosa que siempre me ha parecido muy vistosa sin entrar en el nivel de la estridencia. O puede que simplemente fuera un reloj a la moda del momento.
Un movimiento grande, de dimensiones similares a un Miyota 8200 o un 7S26.
Resumiendo, el reloj acabó en mis manos y mi dinero en el bolsillo del tipo que me lo vendió. Pero la historia iba a dar un giro inesperado, que acabaría con quince años de separación entre yo y el reloj.
Poco después de volver del viaje el reloj acabé cediéndoselo a mi hermano, que muy solícito se lo quedó. Durante los siguientes diez años le propinó un trato... brutal. Hasta que una tarde el reloj dejó de funcionar. Ante tal tesitura su solución fue buscarse otro y aparcar el que yo le había regalado dentro de un cajón. No fue hasta bastante más tarde (unos cinco años) que poniendo las cosas en orden el reloj apareció de nuevo.
La pila hacía tiempo que se había agotado, al cambiársela, descubrí que las manecillas no se movían, cosa que indicaba vida pero no daba para alumbrar esperanzas. Como yo de relojes de cuarzo se poco, fui a un relojero (cosa que recomiendo cuando uno sabe que hacer). Fue una sabia decisión por que por apenas unos 16 euros me devolvieron el reloj funcionando a la perfección.
Luego solo quedaba reparar el exterior (o adecentarlo un poquito). El brazalete original estaba tan hecho polvo como el reloj. En algún momento pensé en repararlo, pero por el momento es algo que sólo de pensarlo consume mi paciencia. Así que decidí centrarme en la caja. Estaba llena de arañazos y golpes, algunos tan profundos. Entonces recurrí a unos paños de Cape-Code que había comprado tiempo atrás. Todavía estaban húmedos con lo que sea que lleva. Unas cuantas friegas y los arañazos y golpes empezaron a a disimularse, algunos incluso a desaparecer. No quise pasarme, pues me daba miedo borrar los números que lleva pintados (uno ya se había borrado con el tiempo). El resultado final fue brillante, tanto que ahora el brazalete original lucía apagado y viejo.
Había que buscar pues un nuevo asiadero para mi muñeca. Rebuscando en mis cajones encontré una correa naranja disponible, un color arriesgado. No obstante, como por el momento no tenía otra opción fue la que al final terminé colgándole. Tiene una cierta holgura por que la distancia entre los hombros de la caja es de 19mm (una medida extraña) y la correa es de 18mm. No obstante creo que podré vivir con una holgura de un milímetro.
Aquí pueden apreciarse todas las funciones del reloj. Es destacable la esfera superior indicando el mes en curso (los minutos en modo crono), la pequeña izquierda
que nos da la información am/pm y la inferior que indica la opción de funcionamiento seleccionada. El bisel interno indica el día en curso. Un detalle molesto es que
las agujas no son luminosas, por tant la visibilidad nocturna es nula.
Como se puede ver algunas marcas han resultado indelebles al Cape Code. No obstante el resultado mejora bastante y el aspecto visual es similar al de la foto.
El Bisel interno sirve para indicar el día del mes con la aguja del segundero, obviamente cuando se indica el día no se indican los segundos. En la posición CAL
la aguja queda fija en el día del mes, sin indicar los segundos. Un sistema un tanto engorroso pero peculiar.
El resultado es el que podéis apreciar. Me ha gustado tanto el resultado que este reloj ha conseguido algo que parecía imposible: desplazar a mi sempiterno Citizen NY2300 de mi muñeca, al menos por estas fiestas. Definitivamente creo que se va a convertir en mi reloj para veranos y viajes (cosa bastante apropiada si tenemos en cuenta el clima y la situación en que lo adquirí). En todo mi reloj para correas extravagantes.
Aquí con unos colegas para poder apreciar las dimensiones reales.
Entrando en detalles, decir que no es un reloj muy grande (aunque era grande en su momento). Se ve empequeñecido justo a mi SKX007 o incluso junto al más modesto Citizen NY0040 (no hablemos del Mako). Incluso el NY2300 parece discutirle las cuestiones de tamaño. Pero bueno no en vano no hay que olvidar que el niño tiene 16 años y que antes los relojes no eran tan sobrados como hoy en día. Las medidas concretas son las siguientes:
Alto: 45 mm (de punta a punta)
Ancho: 39mm
Grueso: 90mm
Anchura de hombros: 19mm
Aspecto de insecto. Es curiosa llama la atención la posición de la tija a las 4.
A pesar del vistoso fondo roscado y rematado con un pez espada, la resistencia subacuática es de unos meros 50 metros (5 atmósferas, lo justo para ducharse y poco más). No es que sea un problema por que con mis divers sumergibles a dos cientos metros jamás me acercado a nada más profundo que una piscina.
Un fondo bastante elaborado. Reclama su ascendencia nipona.
Tras una limpieza a fondo, no ha aparecido señales de corrosión. Cosa que es bastante buena señal y dice bien del acero de la caja.
El movimiento es un Miyota 6W50 con las funciones que he descrito anterioremnt. Es bastante grande, prácticamente como el de un reloj de cuerda manual y diría que de las mismas dimensiones que un Seiko 5. Las funciones son las que he descrito anteriormente y que no reitero para no aburrir. Sobre el movimiento viene escrito “Japan” aunque a saber si alguna vez un nipón tocó tal cosa. La tapa trasera también viene rematada con bajo el nombre de la marca.
Y esto último es cierto, por que Racer es un marca perteneciente a Orient (y por ende a Seiko) especializada en relojes de cuarzo para el mercado europeo.
El diseño en general es muy de los noventa y me recuerda inevitablemente al salvavidas de un barco.
Aquí mi Racer junto a otro de mis históricos, un cronógrafo Pulsar.
Y esto es todo, muchos otros han venido después, algunos más caros, otros más baratos, otros de mejor marca, otros sin marca, unos mecánicos, otros solares... pero ninguno con diamantes. No obstante, éste fue, ha sido y será siempre el primero. Y esta vez ha vuelto para quedarse.
Saludos a todos y feliz año nuevo.
PS: Y si alguno se anima que postee sus cuarzos nipones viejunos.
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