Centro Relojero Pedro Izquierdo

No sé por qué lo han puesto a esa altura...

waltonjones

Consigliere
...es que, desde abajo, no se aprecia nada. Solo se escucha.

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Nemesio González

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gnomo72

Well-known member
Joe ... menos mal que en las Catedrales hay que mirar hacia arriba también para ver el arte que si no ...
 

Dr Lobo

Well-known member
Pues como no te lleves unos prismáticos me parece que los detalles dfícil percibirlos.:neutral:
 

Charlino

Well-known member
Vaya catedral bonita.
El reloj, será al menos agradable oirlo, porque lo que es verlo...
 

waltonjones

Consigliere
El Papamoscas es un autómata que marca las horas. Se trata de una figura de medio cuerpo que se asoma sobre un reloj. Su mecanismo es el siguiente: todas las horas en punto abre la boca al tiempo que mueve su brazo derecho para accionar el badajo de una campana. El mejor momento para ver en marcha al autómata es a las doce del mediodía, cuando da doce golpes y abre y cierra doce veces la boca (probablemente de ahí le venga el nombre, ya que recuerda al pájaro que espera la entrada de alguna mosca). En una balconada anexa se encuentra el Martinillo, una figura más pequeña y de cuerpo entero, que da los cuartos y las medias.

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Catedral de Burgos​

La imagen actual data del siglo XVIII, cuando se sustituyó al viejo autómata del siglo XVI. El Papamoscas está situado en lo alto de la nave mayor, en el primer tramo de los pies de la basílica. Muestra una partitura en su mano derecha. Aunque lleve allí fijo tres siglos, el Papamoscas ha viajado a través de la pluma de autores como Edmundo de Amicis, Victor Hugo o Benito Pérez Galdós. Este último, que lo cita en Napoleón en Chamartín y en Fortunata y Jacinta, le dedicó unas palabras:

No me avergüenzo de decir que jamás, en mis frecuentes visitas, perdí el encanto inocente de ver funcionar el infantil artificio del Papamoscas.

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Pero, si tuviéramos que detener el tiempo en algún punto concreto y rescatar alguna anécdota del Papamoscas, esta sería la de su leyenda. Se cuenta que la figura fue una obra que encargó el rey Enrique III “El Doliente” (1379-1406), así apodado por su mala salud, el cual acostumbraba a ir a rezar todos los días a la catedral. Un día, mientras estaba inmerso en sus pregarias, advirtió la presencia de una hermosa joven. El rey la siguió.

Esta escena se repitió durante mucho tiempo, aunque la timidez del monarca impidió que se dirigieran la palabra. Un día, la misteriosa joven dejó caer un pañuelo al paso del rey, quien lo recogió y se lo devolvió en silencio. Al desaparecer la mujer detrás de la puerta, el rey escuchó un doloroso lamento que se le quedó grabado en la memoria. A partir de entonces, la muchacha no volvió a aparecer, y el rey, desesperado, la buscó por todos los rincones del templo, y, cuando trató de saber algo acerca de ella, le informaron que en la casa donde había visto que entraba todos los días, hacía muchos años que no vivía nadie, ya que todos sus habitantes habían fallecido víctimas de la peste negra. Para retener la visión de la joven el rey encargó que se fabricara un reloj para la catedral, y que una figura reprodujera los rasgos de la muchacha y que, al sonar las horas, lanzase un gemido como aquel que había escuchado. Pero el artífice no logró siquiera aproximarse a la belleza que le había descrito el monarca, y al reproducir el lamento lo que sonaba era una especie de graznido, lo que motivó que años después se silenciara.

Un intento más por parte del amor de detener el tiempo, esta vez sin demasiado éxito.


Texto: www.canalviajes.com
 

Tirano

Active member
Que magnífica historia! La de veces que he estado en Burgos y nunca me había fijado! :eek:h:

Gracias por compartirlo, Walton
 

Charlino

Well-known member
Desde luego la catedral impresiona. A mí, sin desmerecer las de Leon, Toledo u otras preciosas, la de Burgos es la que más me gusta entre las góticas nuestras. Qué curioso lo del Papamoscas, me sonaba de toda la vida pero no sabía cómo era. Muy bonitas estas lecciones de historia eh.

Saludos.
 
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