Centro Relojero Pedro Izquierdo

La saga continua.

6aly

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Es una alegría leer estas noticias, y ver que algunos de nuestros hijos continúan manteniendo la llama viva.

En mi familia, mis hijos, durante unos años ejercieron la profesión, pero las circunstancias les obligaron a probar, en otros sectores, de la medicina y la industria, con mejores retribuciones, que la de relojero, por lo que, en mi familia, la profesión empezó y terminara, conmigo.

 
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manuel

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Pero siempre quedarán los alumnos a los que le enseñaste Galy.

Yo mi abuelo y padre fontaneros, yo ingeniero de caminos y me he resuelto la vida y vivo de la fontanería y la electricidad.
Si también hago planos y cuestiones de ingeniería, pero me deja más una chapuza que una semana de ingeniería.

Y yo que quiero ser relojero y armero dentro de unos años y otros no quieren saber del oficio.
 

6aly

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Pero siempre quedarán los alumnos a los que le enseñaste Galy.

Yo mi abuelo y padre fontaneros, yo ingeniero de caminos y me he resuelto la vida y vivo de la fontanería y la electricidad.
Si también hago planos y cuestiones de ingeniería, pero me deja más una chapuza que una semana de ingeniería.

Y yo que quiero ser relojero y armero dentro de unos años y otros no quieren saber del oficio.

En los años que colaboramos, con la escuela de la Mercè, nos enviaron alumnos para prácticas, y siempre nos decían no les tienen que pagar, pero los días de prácticas, a cambio de su trabajo, aunque no se llamaran Paco les llamábamos Pacome, Menú + gasto de trasporte, ya pasadas las practicas, alguno de ellos pedía quedarse un tiempo más, como autónomo, y con la ayuda de los profesores, y la bolsa de trabajo de la escuela, los colocamos en el sector.

En aquel tiempo, mi hija iba a la universidad, y la paradoja es que, para ella, no había, ni Menú ni gastos de trasporte, eso sí había que pagar la matricula, y materiales.

Lo mismo me ocurrió, cuando tras jubilarme me apunte a la escuela de adultos, eso sí pedí lengua castellana, pero esta está reservada para inmigrantes, así que me encontré ante la imposibilidad de recuperar la falta de escuela, la que deje a los 10 años, solo le falto decirme, como cuando me presentaba como creador de poemas visuales en galerías de arte, si usted ya no tiene edad, eso sí me toco pagar la matricula y parte de los materiales, de informática.

El día de la primera clase, me fijo en su calzado, y les suelo preguntar no pretenderá ganar dinero reparando relojes, y según el estado de los zapatos y su respuesta esa será su primera, y ultima clase.

Tras jubilarme, me ofrecí a colaborar con varios talleres, lo cierto es que la cosa esta muy jodida, ni para chico de los recados me quisieron.

Cuando me preguntan por la minuta, no cobro, pero el día de clase me llaman pacome, al igual que los curas o músicos callejeros, aceptamos bizum, como animal de compañía.
 
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