la verdad es que a mi me pasa lo mismo.cuando era chaval por los setenta y salia de clase a la tarde,muchas veces pasaba por las dos unicas relojerias del pueblo y casi lamia los cristales.aquellos relojes que compartian vitrina,unos clasicos mecanicos,que como me decian los relojeros¨estos son para toda la vida¨ con otros llenos de botones y pantallas digitales.alucinaba con el echo de que un reloj pudiera tener tantas cosas.al final por mi comunion me regalaron el texas instruments de leds.me acabe haciendo amigo de los dos relojeros,uno ya fallecio y con el otro sigo manteniendo una buena amistad.cuando entraba en la relojeria ya sabian a que entraba y si no habia clientes,me enseñaban lo ultimo que habian recibido o simplemente el ultimo ¨enfermo¨ que tenian encima de la mesa de operaciones.creo que les hacia gracia que un chaval pequeño tuviera tanta curiosidad por el tema.el post es buenisimo y eso me recuerda tambien a los anuncios de orient de la epoca,que en España fueron todo un fenomeno social.Un abrazo Alphonse.