Claudio
Baneado
Esta historia que voy a contar es muy antigua, pero bien pudiera suceder algo parecido ahora mismo. Resulta que en España se han estado importando relojes de cuco de la Selva Negra desde hace muchísimo tiempo. Por dicha importación se tenía que pagar a la Hacienda, en las Administraciones de Aduanas, a fines del siglo XIX, por la partida 214 del Arancel. Por lo visto, algunos Administradores de Aduanas, especialmente el de Irún, tenían la mala costumbre de aplicar el epígrafe 215, que debería ser más caro. Y esto lo seguían haciendo así a pesar de haber resuelto, la Dirección General de Aduanas, repetidas veces, que se adeudase por la partida 214. Tras haber reclamado varias veces el Embajador alemán por dicha ilegal práctica, el Director General de Aduanas envió una circular a todos los Administradores de las Aduanas "recordándoles" la tarifa correcta que debían aplicar en este caso.
