A mi hijo, que ya va para los diecisiete, no ha habido narices para que admitiera un reloj; pero ni cuando era un niño y era ¿más fácil? convencerle. Dice que la hora la lleva en el montón de aparatos de que se rodea.
Es curioso. Al mío, de la misma edad, no he conseguido que se ponga un reloj de pulsera desde hace por lo menos diez años. Y mira que tiene un montón (míos) para elegir el que quiera (bueno, el que quiera tampoco, ¿eh?), pero, vamos, que tiene unos cuantos disponibles y no hay manera. Es de los que mira la hora en el móvil


En cambio, el pequeño, de trece años, no puede pasar sin reloj. Eso sí, de momento digitales y con muchas funciones, pero algo es algo. :yipi:
Un saludo.