Centro Relojero Pedro Izquierdo

Los Bolcheviques nunca aprenderán a hacer relojes.

Omnes Feriunt

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Desde que viví en Rusia en los años 90, mi afición por los relojes se hizo un poco más especial, y se centró fundamentalmente en los relojes rusos. Uno de los “souvenirs” típicos rusos, ya en aquella época tras unos años de Perestroika era un “Komandirskie”, una suerte de reloj militar ruso con toda la historia de la URSS en su estética, fabricado por Vostok en inumerables versiones siempre uniendo la éstética militar al gusto eslavo. Los komandirskie eran, y son, unos relojes baratos y fiables, y siempre podrás encontrar uno a tu gusto.

Pero además de los clásicos komandirskie, pude ver en tiendas y mercados relojes auténticamente rusos de calidad: Raketa, Strela,… Pero sobre todo Poljot, para mí los Poljot (en ruso, Полёт, pronunciado “poliot”, que significa "vuelo") siempre me han atraído enormemente, sobre todo desde que compré un modelo cronómetro con el famoso calibre 3133 que muestro en la siguiente foto.

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El reloj, tiene de los komandirskie esa estética ruso militar, pero, sin lugar a dudas mejorada y afinada y sobre todo, tiene en su interior un movimiento que es hoy día una auténtica leyenda: el Poljot 3133, veamos cuál es su historia.


En 1930, Stalin, dentro del Primer Plan Quinquenal de la Unión Soviética, se propuso como un reto la fabricación de relojes, con medios y tecnología propios, y fundó la “Primera Fabrica Estatal de Relojes” con sede en Moscú. Para comenzar la producción, la URSS compró dos fábricas estadounidenses que habían quebrado, la Ansonia Clock Company, fundada en 1851 y la Dueber-Hampden Watch Company y contrató algunos operarios americanos para formar a los trabajadores soviéticos. Aunque realmente la historia de los relojes Poljot debemos situarla mucho antes, casi a finales del siglo XIX, cuando mucho aficionados a la relojería rusos soñaban con crear una manufactura propia de relojes, y además tiene un nombre propio: Wolf Pruss.

“Wolf” (Vladimir Osipovich Pruss) (1883-1937) era un trabajador de los Ferrocarriles Rusos en los que ejercía la función de reparador de cronómetros cuando fue encarcelado por declarase pacifista durante la Guerra Rusia-Japón (1904-1905). Posteriormente puesto en libertad en virtud de una amnistía, se exiló en Suiza, en donde trabajó en la industria relojera. Pero Pruss era un soñador y siempre tuvo en mente la idea de fundar una fábrica de relojes. En Suiza fue visitado en alguna ocasión por Lenin, quien le aconsejó aprender de las técnicas relojeras de Suiza. En 1920, tres años después de la Revolución Rusa, Pruss era ya un relojero altamente cualificado, y Lenin quiso poner en marcha un primer proyecto para crear una factoría rusa de fabricación de relojes, proyecto que se aprobó pero que no se llevó a cabo por la difícil situación de la URSS: guerra, hambre y ruina. Sin embargo, Pruss no desistió y siguió enviando solicitudes a los distintos estamentos estatales de la URSS, hasta que en 1925, ya desaparecido Lenin y puestas en marcha las nuevas políticas económicas de Stalin, recibió una invitación para regresar a su país. Esta invitación incluía el permiso para importar cuantos relojes y material quisiera. Con sus propios recursos, importó equipos y fundó en Tarasovka una escuela de relojería, en la que enseñaba el oficio a niños sin hogar. Los esfuerzos de Pruss (y de otros entusiastas de la relojería) no fueron en vano ya que el 20 de diciembre de 1927, el Consejo de Trabajo y Defensa de la URSS aprobó el proyecto para la Organización y Producción de Relojes en la URSS, fecha que marca oficialmente el inicio de la historia de la relojería soviética.

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V.O. Pruss (centro) en la puerta de su taller de Berna, Suiza.​

Como se desprende de esta introducción, la URSS tenía nula experiencia en la industria relojera, aunque sí podemos destacar a principio de siglo una cierta experiencia comercial en este campo con firmas relojeras comos Khan, Buhre o Mosser entre otras, las cuales, tras la agitación propia de la Revolución, desaparecieron y se agruparon en el organismo estatal denominado “Trust Estatal de Mecánica de Precisión”, dirigido desde 1922 por Andrei Mijailovich Bodrov (1896-1938).

En 1928 se formó una comisión especial de la que formaba parte Pruss quien visitó, formando parte de ella, varios países europeos para estudiar la posibilidad de importar su tecnología. Visitaron Alemania, Francia, Austria, Checoslovaquia y Suecia, pero curiosamente no pudieron establecer acuerdos con la principal potencia relojera, Suiza, ya que en mayo de 1923 se produjo un incidente que, a la postre, influyó notablemente en el rumbo que tomaría la fabricación de relojes soviéticos.

Ya en marzo de 1923, la misión comercial soviética en Berlín, informó de los acuerdos que se habían avanzado para formar una empresa mixta para importar relojes, aunque el Comisario del Pueblo responsable del proyecto no aprobó el proyecto ya que entendía que la relojería alemana no era de suficiente calidad, y tras la guerra habían acumulado una gran cantidad de relojes de poca calidad a los que pretendía dar salida en la URSS, por falta de demanda en otros mercados. Pero al mismo tiempo, la comisión había avanzado en negociaciones con importantes relojeros suizos entre los que se encontraban Moser, Nardin, Doxa, Tissot, Omega, Longines y Zenith, con los que incluso se había aprobado la formación de una Sociedad Anónima denominada TSENTROCHASY con estas empresas. Según este acuerdo preliminar, la Unión Soviética tendría el 49% de las acciones, mientras que las restantes se dividirían proporcionalmente entre las empresas suizas. Se suponía que a cambio del derecho a importar relojes (hasta 400 mil unidades por año). Estas empresas ayudarían a establecer la producción soviética de relojes de alarma, relojes de alta calidad, relojes de pared y de escritorio. Se construiría y equiparía una fábrica, se capacitaría a los trabajadores durante tres años y para el cuarto año la producción alcanzaría su capacidad plena.


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Tockmech importado de Suiza.​

Sin embargo, en mayo de 1923 en Lausana, un exiliado ruso asesinó al embajador soviético en Italia. Un tribunal suizo absolvió al asesino y las relaciones entre los países se rompieron de una forma definitiva. En junio, el Comité Ejecutivo Central y los Comisarios del Pueblo emitieron una resolución conjunta que prohibía participar los acuerdos a las empresas suizas. Aun así, la comisión que se había establecido en Berlín, preguntó específicamente a Moscú si la prohibición de contratar con empresas suizas incluía a TSENTROCHASY, recibiendo una contundente respuesta que confirmaba que las negociaciones deberían incluir exclusivamente a empresas alemanas, y de acuerdo con lo que ya conocían de ellas, decidieron cruzar el charco y probar suerte con compañías relojeras americanas. Los resultados concluyeron en la compra de los equipos de dos fábricas que habían cerrado, la fábrica Dueber y la Ansonia como se comenta más arriba. Es cierto que los equipos estaban obsoletos, pero los soviéticos, que habían tenido en contra muchas circunstancias, entre ellas la falta de colaboración de occidente que se puede resumir en la frase que publicó un diario francés en 1927: “los bolcheviques nunca aprenderá a hacer relojes”, superaron esas dificultades, y crearon su propia industria relojera.

Efectivamente, desde 1930 en Moscú y durante la Segunda Guerra Mundial en Zlatoust y Chistopol, en la que siguieron fabricando relojes militares y en dónde en la actualidad se fabrican los relojes Vostok (Восто́к), otro de los grandes baluartes de la industria relojera Rusa.

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Reloj de bolsillo con el mecanismo "tipo 1".

Desde los inicios, la industria relojera rusa ha estado ligada al ejército, desarrollándose la costumbre de fábrica relojes conmemorativos o incluso premiar el comportamiento ejemplar de los soldados con la entrega de un reloj. Uno de los más populares de la época bélica, era conocido popularmamente como “ladrillo”. Muchos soldados rusos regresaron a sus casas después de las campañas militares llevando uno de esos “ladrillos” en su muñeca, ganado por su valor en combate o por cualquier hecho relevante, siendo, en muchos casos los únicos poseedores de un reloj en su pueblo, instrumento que ni siquiera los más ricos tenían.

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Un reloj "ladrillo" de la fábrica de Moscú.

En 1945 se fabricaron los modelos K-26 (la “K” corresponde al nombre de la fábrica que pasó a denominarse en 1935 Kirova, en honor del oficial soviético Sergei Kirov, asesinado en 1934), y en 1946 se hizo el primer lote con el nombre de “Pobíeda” (Победа en ruso, que significa “Victoria”).

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Relojes «Победа» ("Victoria") de 1946.

Continuando con los horarios habituales en la campaña de producción el reloj de diseños superiores y sofisticados. Por lo tanto, había «Rodina» el primer reloj Soviética con motor automático de muelle de arrollamiento en 1956. En 1957 lanzaron el reloj "Sputnik" - en honor al lanzamiento del primer satélite artificial de la Tierra - con un segundero central y un disco transparente. En cambio, el segundo lado en el reloj era la etiqueta en forma de un satélite. En el mismo año, en los relojes especiales de orden fueron diseñados "Antártida", con la escala de 24 horas, destinada a los miembros de la primera expedición soviética hasta el Polo Sur. El primer reloj-Servicio Soviética "señal" construida en 1959.

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Reloj "Shturmanskie 1" de la fábrica Kirova de Moscú.

Después de la guerra, en 1949, se empezaron a fabricar los modelos denominados “Shturmanskie”, (Штурманские, que significa “perteneciente al navegante”, o segundo piloto, en ruso Штурман), especialmente destinados a las fuerzas aéreas. En abril de 1961, e piloto militar Yuri Alexeievich Gagarin completó una órbita alrededor de la tierra a bordo de su nave Vostok, y se convirtió así en el primer hombre en el espacio (los rusos solían decir el primer hombre “vivo” en el espacio, aplicando el sarcasmo a la falta de información en la que vivían). Gagarin llevaba en ese histórico vuelo un reloj Shturmanskie en su muñeca. Este reloj resistió las exigencias de un vuelo espacial y precisamente, a partir de esa fecha se empezaron a denominar “Poljot” (Полёт), que en ruso significa precisamente “vuelo”, marca que se empezó a fabricar en Moscú en 1964.

Los cosmonautas soviéticos continuaron usando los relojes de la fábrica moscovita y en marzo de 1965 llegó el primer paseo espacial a cargo del cosmonauta Alexei Arjipovich Leonov, que llevaba en su muñeza un cronógrafo Strela (стрела en ruso, que significa “flecha”). Este reloj tenía las funciones de cronómetro, telémetro y taquímetro, en una serie especial dirigida a los comandantes de las Fuerzas Aéreas de la URSS.

En 1976, comenzó la producción de un nuevo modelo de cronógrafo, basado en el calibre 3133. Este calibre, como su precedente 3017, fue el desarrollo de un movimiento fabricado inicialmente por la compañía relojera Venus, de La Chaux-de-Fonds, Suiza, el Valjoux 7734. Este reloj recibió el Premio Estatal de la URSS, y estaba destinados al Ejército y la Armada (los modelos de la Armada se llamaban Okean (okeah en ruso, que significa “océano”), aunque con una gran acogida por parte del mercado en general. Este reloj también está ligado a la historia espacial ya que era el que llevó el cosmonauta Valeri Vladimirovich Polyakov, durante 437 días y 18 horas que duró su vuelo espacial, estableciendo el record mundial de permanencia en el epacio, que ostenta hasta nuestros días. El calibre Poljot 3133, que se fabricó hasta el año 2011, dando vida a los más codiciados cronógrafos rusos: Strela, Poljot, Okean y Buran (Буран, «tormenta de nieve» o «ventisca», creado a finales de los 80, en conmemoración de del transbordador espacial soviético, del mismo nombre.


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Poljot 3133 conmemorativo de 50ª aniversario de la Victoria de la Segunda Guerra Mundial.


El inicio de los 90 fue un momento delicado para la relojería rusa, por la extinción de la unión soviética y su sistema político-económico tras la Perestroika. La financiación estatal cesó, pero la fábrica de Moscú fue comprada por capital privado, siendo Sociedad Anómima desde 1992. La crisis se convierte en oportunidad ya que en Europa se despierta precisamente en esos años una “moda” por lo soviético, creando unos relojes de calidad y muy apreciados en el mercado occidental.

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Catálogo Poljot 3133 del año 1996.


En 2005 pasó a ser propiedad de la compañía Mak Time, quien produce actualmente el 3133, con las modificaciones lógicas del paso del tiempo.

El calibre 3133, deriva como hemos dicho del Valjoux 7734, que a su vez es el desarrollo de un calibre anterior el 188 de Venus. En 1974, Valjoux continúo produciendo el mecanismo ETA 7750, pero cesó la producción del calibre 7734 y vendió los equipos y los derechos de producción a Poljot, que, aunque manteniendo idénticas la mayoría de las piezas, introdujo algunas modificaciones como son un tercer engranaje, los rubís en los engranajes del cronógrafo (el 3133 tiene 23 rubíes en lugar de los 18 del 7734), y sobre todo un volante más pequeño y más rápido (la frecuencia pasó de 18.000 a 21.600 alternancias/hora), así como el mecanismo de cambio del fechador, y el mecanismo antichoque, desarrollado por Poljot.
Poljot siguió fabricando el calibre 3133 hasta finales de 2004, cuando la compañía fue adquirida por la empresa MakTime, que produjo el calibre para montarlo en otras piezas como son Moscow Classic, Volmax (Aviator, Shturmanskie, Buran), Juri Levenberg (Pilot, Strela), Poljot-International, Poin Tec (Junkers, Zepplin), Poljot-Chronos (The President) así como en marcas propias como Mak Time o MWG. El calibre 3133 se dejó de fabricar en 2011.

El calibre Poljot 3133 presenta las siguientes características técnicas:
• Mecánico de remonte manual
• Diámetro: 31 mm, grosor: 7,35 mm
• Rubíes: 23
• Funciones: horas, minutos, segundos, calendario, cronómetro
• Frecuencia: 3 Hz (21.600 alternancias por hora)
• Reserva de marcha: 43 h (37 h con el crono en marcha)
• Precisión: -10/+10 seg/día


Como dije al principio, tengo tres modelos, de este fantástico reloj, que me gusta por muchas razones. La primera es su precisión, que conservan, tal como su historia avala, en las condiciones más difíciles, y eso es lo más importante de un reloj. Además de la precisión me gusta su diseño, que, sobre todo a partir de los noventa y en cierta manera, combina la estética rusa con el gusto europeo, en ese diseño creo que se puede ver su historia.

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Última edición:

antesviljav

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Apasionante!!! Muchísimas gracias por condensar parte de la historia de la relojería rusa.

Enviado desde mTalk
 

PedroMR

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Muy interesante esta descripción de los relojes rusos.
Geaciad


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Tirano

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Que interesante!! Son unos relojes que tienen un algo especial, yo también tengo unos cuantos rusos y soviéticos, entre ellos un precioso OKEAH. Pero la reserva de marcha comprobada de forma empírica es mucho mayor a esas 43 horas que indicas, puesto que me ha llegado a durar hasta 60 horas (hice un post por ahí sobre una carrera que hice...)

Gracias por compartir!!

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Alphonse P.

Supermoderator,
No soy muy de Rusos...:oops: Pero que bonito post!!!!:ilove:

Muchas gracias Omnes Feriunt, lo he disfrutado muchísimo!!!!:great:
 
Te felicito compañero, excelente la informacion que nos brindas y me gustan mucho todos y cada uno de los relojes que nos muertras. Muchas gracias, un abrazo desde Costa Rica y Pura Vida.:guay:
 

nolodic

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Muchas gracias por compartir una información tan interesante. No sabía el significado de algunos y me ha sido de gran ayuda.
Yo también caí en la tentación de un poljot cronografo, pero lo tengo en boxes.

Y no sabia lo del primer hombre vivo. Jeje. Me ha gustado ese dato.

Un saludo
 

juanrock

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Impresionante hilo compañero. Muchas gracias.

Los 3133 son una leyenda y ahora comprendo mucho mejor el porqué.
 

Charlino

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Bonito reportaje, lo leeré más despacio luego, que estos son los hilos que más se disfrutan tranquilamente cuando hay algo de tiempo. Muy buen homenaje a la relojería rusa, y sin duda merecido. Comparto contigo el gusto por estos relojes, no hay como conocer de ellos y disfrutarlos para cogerles aprecio. Y en concreto los cronógrafos Poljot 3133 son una maravilla, un clásico de la relojería rusa y mundial (no olvidemos el origen suizo de su movimiento), de una calidad más que contrastada, con un movimiento que ya hacía las delicias de muchos en los años 70 equipando relojes de Tissot, Lanco, Certina, Breitling, Cauny, etc...y luego mejorado con más rubíes y alternancias para los Poljot. Es una suerte poder comprar un cronógrafo mecánico clásico de tal calidad hoy día, y un privilegio disfrutarlo :scrito: Yo certifico con mi Poljot 3133 Classic todo lo que se diga sobre la gran calidad de estos relojes y su excelente movimiento, su exactitud, fiabilidad, agrado de uso, gran reserva de marcha (efectivamente Tirano, el mío 62 horas y cuarto...), es una delicia para conocedores.

Muy bonitos los relojes que enseñas y muy jugosa la información, gracias por postearlo.

Saludos :great:
 

Omnes Feriunt

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Muchas gracias por compartir una información tan interesante. No sabía el significado de algunos y me ha sido de gran ayuda.
Yo también caí en la tentación de un poljot cronografo, pero lo tengo en boxes.

Y no sabia lo del primer hombre vivo. Jeje. Me ha gustado ese dato.

Un saludo

Me lo dijo así un amigo ruso en una de mis primeras visitas a Moscú, antes de mostrarme el famoso monumento a Gagarin, asumiendo con sarcasmo y resignación su historia. Gracias por tu comentario nolodic.
 
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