Centro Relojero Pedro Izquierdo

Casio W202... creo que me he enamorado

sorel

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Hay cosas que nunca se olvidan, y que en periodos de crisis relojera afloran de nuevo a la superficie. Hay momentos en que uno se pregunta de que sirve todo esto, por que comprar relojes y más relojes sin encontrar el definitivo. Cuando perseguías un Omega pensabas que el día que lo tuvieses hallarías la paz. pero cuando ya tienes el Omega "en la saca" todo sigue igual. Lo mismo te ocurre con Longines, etc, etc. Piensas en Rolex, "vendo mis relojes, dejo de fumar, ahorro durante un par de años y me compro un Datejust de segunda mano", pero algo dentro de ti te dice que cuando llegue ese momento todo seguirá igual, el Rolex será un reloj más en tu historia (o histeria) relojera y seguirás persiguendo un horizonte que cuando más corres más lejos está.

Pero hubo un tiempo en que nada de esto era así, hubo unos años dichosos en que el sol tenía un brillo especial y el trigo era más dorado, en que cada experiencia era nueva, en que todo el mundo... tus padres, tus abuelos, tus tíos, tus amigos, tenían la edad que tenían que tener, y no este descontrol actual en que tú tienes la edad que tendrían que tener tus padres, ellos la de tus abuelos, y tus queridos abuelos han partido para un largo viaje. Hubo un tiempo en que viste a una chica y ya no era una simple compañera de juegos un poco tonta y con el pelo largo, sino que sentiste por primera vez que unos sentimientos desconocidos afloraban en tu interior, haciendo vibrar cada célula de tu cuerpo (tanto que al recordarla ahora la vibración vuelve, lejana, desde lo más profundo de tu ser). Los nuevos coches que salían al mercado, las nuevas enseñanzas de cada curso del colegio, los nuevos lugares de vacaciones, todo tenía un significado diferente y un sabor más especiado, en resumen, que, parafraseando a Rilke, la infancia es la patria del hombre (aunque aquí hable de la orilla final de la infancia, ya en la frontera con la juventud).

Para muchos de nosotros, aquellos años mágicos tuvieron un compañero omnipresente, una posesión que nos llenaba de orgullo y que no nos quitábamos ni para dormir... nuestro Casio.

En mi caso fue un F81, un bonito cronógrafo digital que debía ser de lo más de Casio por entonces, que me regaló mi padre. Todavía me acuerdo perfectamente el momento de abrir su caja, leer sus instrucciones, mirarlo, tocarlo y sentirme un privilegiado por tener aquella maravilla de la técnica en mi muñeca.

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Durante unos 10 años fue mi reloj, y en ningún momento me plantee cambiarlo... era mi reloj y además me gustaba. Durante ese tiempo aguantó toda clase de trato duro sin rechistar y cuando finalmente lo cambié años después, tuve el acierto de conservarlo, gracias a lo que tengo el privilegio de escribir estas líneas con él en la muñeca para la ocasión. Todavía la semana pasada le cambié la pila, y aunque según mi relojero el módulo, a sus 35 años, ya está algo tocado, continúa funcionando bien, y espero que lo siga haciendo durante muchos años aunque solamente sea para verlo "vivo", con su pantalla funcional, viviendo su jubilación en una caja de relojes junto a otros relojes más caros, pero infinitamente menos valiosos que él.

Años después, como a muchos de nosotros, me picó la araña radioactiva de la relojería, por lo que empecé a acumular compulsivamente relojes en busca del nunca conseguido reloj definitivo, unos fueron llegando, otros se marchaban para hacer caja, y entre medias con ellos se iba también un dinero que nunca se recuperaría. Bueno, otros se lo gastan en bicis de montaña o en entradas para el partido de la máxima rivalidad…
Fue en uno de aquellos momentos paroxísticos cuando me impuse la penitencia/obligación de hacer un hard reset y volver a llevar un Casio, para lo que me compré el famoso F91w. Al fin y al cabo este reloj venía a ser el descendiente de mi viejo F81, aunque no compartía con él precisamente su diseño sobrio y discreto en tonos negros y grises, sino que el F91w, en formas y colores, era un reloj demasiado rechamante para un cuarentón que se movía en un entorno laboral de cierta formalidad. A eso se sumó la creciente popularidad del modelo en internet, asociado a gente no muy recomendable, como hípsters, terroristas o, en su versión plateada, presentadoras de TV. Por unas cosas u otras, y aunque íntimamente me sentía realmente cómodo con el F91w (reloj ergonómico y ligero donde los haya), acabó yéndose a descansar en un cajón junto a su antepasado y yo me volví a dar a la visita de sitios de internet nada recomendables llenos de objetos de deseo relojiles. No hay cosa que más me disguste que seguir las modas, y en aquel momento el F91w era un complemento de lo más chic, demasiado mainstream para mi gusto.
Pero a pesar de ello, mi amor por Casio –como el que un día sentí inútilmente por aquella primera chica- nunca murió del todo, y volvió a emerger de entre las brumas del tiempo al encontrarme por primera vez con el nuevo (entonces) B640

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¡por fin un digno heredero para el F81!, un Casio de colores discretos y forma similar a la de aquel. Hasta la disposición de las teclas era la misma (en el sentido de las agujas del reloj “adjust-light-start/stop-mode”… ni hecho adrede. Y hasta el diseño del marco que bordea la pantalla es similar en ambos modelos. Desde luego, el B640 era lo más parecido al F81 que veía en años.
De todas formas, había un fallo. La correa metálica en PVD negro, aunque bonita, no encajaba en mi idea de lo que es un Casio. Para mí un Casio sin correa de resina negra es como un Rolex sin brazalete oyster (no, no me gusta el president), por lo que no me decidí a comprarlo.
Pero hoy he visto por primera vez el W202 y me he enamorado, es el mismo espíritu del F81, una forma similar y un diseño frontal que si no es tan discreto como el de los F81/B640 tampoco es tan llamativo como el de los F91w o W59. Parece además, al menos en las fotos, un reloj de mayor porte y presencia que éstos, sin dejar de ser un Casio de resina de los de toda la vida, y como guinda del pastel hasta tiene la luz naranja como el viejo F81, en lugar de la habitual verde de los "modernos" F81w.

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La decisión de compra está tomada, espero poder hacer un hueco en mi agenda de estos próximos días para acercarme a un distribuidor Casio a comprarme un W202, y que el próximo post que escriba en este hilo lo haga con el nuevo Casio en la muñeca y el viejo F81 mirando orgulloso a su nieto desde el retiro en su cajita. Espero que a mi edad, tras años de travesía en el desierto buscando el reloj perfecto que no existe, y aunque ya no pueda volver a vivir aquellos años añorados de juventud, sí pueda volver a casa… pueda volver a Casio.
 
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Hern

Active member
Lo tuve y para no ser mentiroso, he de decir que me duró muchos años y me funcionó muy bien.
 

Germán

Well-known member
Lo tuvo un amigo mío y estábamos todos los demás deseando tenerlo y disfrutar de su luz naranja.
A mí, a pesar de encargarlo correctamente, me llegó uno similar pero más completo específico para partidos de baloncesto y que incluso controlaba los tiempos de cada periodo de juego, etc.
Saludos.


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