nicolau
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Comienza la primera entrega para el hilo de Seiko:
HISTORIA DE SEIKO.
Resultará ineludible para explicar la fundación y evolución de la marca el referirnos de manera muy breve a la historia del Japón, sin parangón y absolutamente sorprendente a nuestros ojos occidentales. Poco o nada se incluyó de ella en nuestra época estudiantil y todo lo llegado, ha sido distorsionado con películas de samurais. Pero precisamente estos guerreros, los había denominados sin señor (eran sicarios con consideración semejante a nuestros hidalgos), dependientes de un señor superior (nobleza media) y verdaderos señores feudales (daiymos), son los responsables del aislamiento sufrido por el Japón durante siglos, con mano férrea durante la época Tokugawa. Época coincidente con el surgimiento de la última de las relojerías europeas, la suiza, que supone el abaratamiento y popularización del reloj (de bolsillo).
Se mantiene y tiene todos los visos de credibilidad, que el primer reloj mecánico introducido en el Japón fue por un español (navarro), el fundador de la Compañía de Jesús (también guerrero o ex/guerrero, como atestigua el propio nombre de la orden religiosa): Francisco de Jaso y Azpilcueta, hijo de la Señora de Etxeberri y Palacio de Azpilcueta y del Jurista Juan de Jatso (o Jaso). Nació Francisco en el castillo de Etxeberri, castellanizado como Xavier. San Francisco Javier en 1551 regalaría un reloj a un daiymo. Reloj que tenemos que interpretar no era suizo, posiblemente fuera alemán (los relojeros más prolíficos de la época) o tal vez inglés (los más técnicos) o quizás francés (los más cuidados). Aunque por la condición Agromontesa de la familia Jatso y ser originarios de Baztan los Azpilcueta podría ser francés. La Compañía se había instaurado en Japón recién “descubierto” a los ojos occidentales en 1549, durante los últimos años del Shogunato Ashikaga (1336 - 1573).
El Shogunato, régimen feudal-militar fue instaurado en 1185/1192 por el clan Kamaruka, surgido de la familia troncal Imperial Minamoto. Este primer clan, junto al sub-clan Hoto (rama del Kamaruka) ostentó el “poder de las tiendas”, así llamado por su condición militar, hasta 1333. Tuvo su capital en Kamaruka.
Fue sustituido por el ya indicado Ashikaga que ostentó el poder durante los años de 1336 a 1573, era rama, asimismo, de la familia Minamoto. Tuvo su capital en Kioto, que fue la capital del japón hasta 1868. Con la restauración del poder imperial, el Emperador trasladó su residencia a Tokio, llamada Edo. Los Tokugawa residían en el castillo de Edo.
Finalmente, que es la época que nos interesa, el Shogunato fue ostentado por el clan Tokugawa, también rama de los Minamoto desde 1603 a 1868. Tuvo su capital en Edo, actual Tokio.
Los Shogun, gobernaban por delegación nominal del Emperador, que era el lider religioso. En la práctica el Shogun ostentaba todos los poderes, que controlaba a través de diversos órganos colegiados, y ejercía de Generalísimo de los Ejércitos Imperiales. El emperador, con ascendencia divina, era el mediador entre los hombres y la divinidad.
La época Tokugawa, se distinguió por un sentimiento Xenófobo hacia todo lo exterior y se tomaron férreas medidas contra todo lo que suponía la relación con los “Barbaros” de otros países. De esta manera, fueron expulsados todos los religiosos y no se consintió el comercio con el exterior. No tuvo, pues entrada la tradicional exportación de relojes suizos al Oriente, esencialmente a China y Corea.
Finaliza la época Tokugawa con abolición del Shogunato por “ayuda” norteamericana. Estamos en la denominada época bakumatsu (1853-1867) en la que surgen tensiones y bandos en contra del Shogunato. Comienza con la llegada del famoso Comodoro norteamericano Matthew Perry con varios buques de guerra a la bahía de Edo en Julio de 1853, exigiendo la apertura de Japón a barcos estadounidenses, amenazando con acciones armadas si no se hacia dentro de un año, ante la patente superioridad bélica de los muchachos USA, se firmó el tratado de Kanagawa en 1854, que garantizaba la apertura de dos puertos y de un consulado estadounidense en Shimoda (Edo). Ello supuso un irreparable grave daño a la figura del Shogun, intentándose un rearme con la ayuda de los holandeses (que hacía años intentaban montar bases en el Japón, junto con los británicos, rusos y franceses), lo que supuso reavivar más la revolución en contra del Shogun.
Paralelamente se dieron situaciones semejantes con los Ingleses, firmando otros “tratados desiguales”: con los Británicos en Nagasaki el 14 de octubre de 1854, con los Rusos, en Shimoda al siguiente y más adelante con Francia en 1867. Las potencias occidentales acudieron como moscas, exigiendo parte de un incipiente botín, facilitando fricciones y enfrentamientos que motivaron el afloramiento de un contenido enfrentamiento civil, conocido como Guerra Boshin (1868-1869). Por una parte, nominalmente estaban los partidarios del Shogun y por otra del Emperador (en la figura del Emperador Komei), que finalizaría con la restauración Meiji en 1869, por nominal devolución de poderes a la familia Imperial. Ambos emperadores, padre e hijo, eran miembros del clan Minamoto y descendientes directos e ininterrumpidos de los Emperadores-Sacerdotes. Eso sí, la “restauración” se hizo bajo la protección de las potencias occidentales que tuvieron un papel vergonzante, apoyando a uno u otro bando o a los dos a la vez y haciendo uso abusivo de su fuerza en contra de un país que militarmente hablando estaba –casi- en la Edad Media. No obstante, existía una incipiente clase media (de comerciantes) con claro poder económico con la que estaba endeudado hasta los daiymos, con inclusión de los Tokugawa. De esta manera, la marcha hacia la occidentalización, no comenzó de cero, si no por claro mimetismo (si no copia) de todo lo que llegaba de afuera, que se consideraba de manera importante apetecible y conveniente.
Retrato del Emperador Komei, sin mixturas. Claramente japonés.
Retrato de su hijo el Emperador Meiji, claramente occidental. Yo diría que aparenta un miembro de la familia imperial Rusa o de sus parientes los británicos. Lleva condecoración de sus "aliados" occidentales.
Retrato del Shogun Tokugawa Yoshinobu (1837-1913). Con uniforme militar francés. Los galos apoyaron a los partidarios del Shogunato, al menos, temporalmente.
Retrato de un DAIYMO con su guardia.
Retrato del Comodoro Perry (en el centro) con otros "Bárbaros", en versión japonesa de época.
Retrato occidental del mismo señor. Véase lo extraños que resultaban los occidentales a los japoneses, exagerando todos sus rasgos y hasta el aspecto de su vestuario.
Busto del Comodoro Perry en Shimoda (prefactura de Shizuoka) Considerado en Japón un verdadero héroe. Puntal de la entrada en la época contemporánea con la ”ayuda” de sus famosos “barcos negros”.
Reloj americano, regalo del Comodoro Perry dado a un Samurai de la prefactura de Shizuoka en 1854. Exhibido en el Museo de Historia de Yokohama.
Cañon Japonés de la época de la primera visita del Comodoro Perry al Japón (Circa 1853).Con la próxima entrega, estando ya ubicados, comenzará la historia de Seiko propiamente dicha.
Saludos cordiales
HISTORIA DE SEIKO.
Resultará ineludible para explicar la fundación y evolución de la marca el referirnos de manera muy breve a la historia del Japón, sin parangón y absolutamente sorprendente a nuestros ojos occidentales. Poco o nada se incluyó de ella en nuestra época estudiantil y todo lo llegado, ha sido distorsionado con películas de samurais. Pero precisamente estos guerreros, los había denominados sin señor (eran sicarios con consideración semejante a nuestros hidalgos), dependientes de un señor superior (nobleza media) y verdaderos señores feudales (daiymos), son los responsables del aislamiento sufrido por el Japón durante siglos, con mano férrea durante la época Tokugawa. Época coincidente con el surgimiento de la última de las relojerías europeas, la suiza, que supone el abaratamiento y popularización del reloj (de bolsillo).
Se mantiene y tiene todos los visos de credibilidad, que el primer reloj mecánico introducido en el Japón fue por un español (navarro), el fundador de la Compañía de Jesús (también guerrero o ex/guerrero, como atestigua el propio nombre de la orden religiosa): Francisco de Jaso y Azpilcueta, hijo de la Señora de Etxeberri y Palacio de Azpilcueta y del Jurista Juan de Jatso (o Jaso). Nació Francisco en el castillo de Etxeberri, castellanizado como Xavier. San Francisco Javier en 1551 regalaría un reloj a un daiymo. Reloj que tenemos que interpretar no era suizo, posiblemente fuera alemán (los relojeros más prolíficos de la época) o tal vez inglés (los más técnicos) o quizás francés (los más cuidados). Aunque por la condición Agromontesa de la familia Jatso y ser originarios de Baztan los Azpilcueta podría ser francés. La Compañía se había instaurado en Japón recién “descubierto” a los ojos occidentales en 1549, durante los últimos años del Shogunato Ashikaga (1336 - 1573).
El Shogunato, régimen feudal-militar fue instaurado en 1185/1192 por el clan Kamaruka, surgido de la familia troncal Imperial Minamoto. Este primer clan, junto al sub-clan Hoto (rama del Kamaruka) ostentó el “poder de las tiendas”, así llamado por su condición militar, hasta 1333. Tuvo su capital en Kamaruka.
Fue sustituido por el ya indicado Ashikaga que ostentó el poder durante los años de 1336 a 1573, era rama, asimismo, de la familia Minamoto. Tuvo su capital en Kioto, que fue la capital del japón hasta 1868. Con la restauración del poder imperial, el Emperador trasladó su residencia a Tokio, llamada Edo. Los Tokugawa residían en el castillo de Edo.
Finalmente, que es la época que nos interesa, el Shogunato fue ostentado por el clan Tokugawa, también rama de los Minamoto desde 1603 a 1868. Tuvo su capital en Edo, actual Tokio.
Los Shogun, gobernaban por delegación nominal del Emperador, que era el lider religioso. En la práctica el Shogun ostentaba todos los poderes, que controlaba a través de diversos órganos colegiados, y ejercía de Generalísimo de los Ejércitos Imperiales. El emperador, con ascendencia divina, era el mediador entre los hombres y la divinidad.
La época Tokugawa, se distinguió por un sentimiento Xenófobo hacia todo lo exterior y se tomaron férreas medidas contra todo lo que suponía la relación con los “Barbaros” de otros países. De esta manera, fueron expulsados todos los religiosos y no se consintió el comercio con el exterior. No tuvo, pues entrada la tradicional exportación de relojes suizos al Oriente, esencialmente a China y Corea.
Finaliza la época Tokugawa con abolición del Shogunato por “ayuda” norteamericana. Estamos en la denominada época bakumatsu (1853-1867) en la que surgen tensiones y bandos en contra del Shogunato. Comienza con la llegada del famoso Comodoro norteamericano Matthew Perry con varios buques de guerra a la bahía de Edo en Julio de 1853, exigiendo la apertura de Japón a barcos estadounidenses, amenazando con acciones armadas si no se hacia dentro de un año, ante la patente superioridad bélica de los muchachos USA, se firmó el tratado de Kanagawa en 1854, que garantizaba la apertura de dos puertos y de un consulado estadounidense en Shimoda (Edo). Ello supuso un irreparable grave daño a la figura del Shogun, intentándose un rearme con la ayuda de los holandeses (que hacía años intentaban montar bases en el Japón, junto con los británicos, rusos y franceses), lo que supuso reavivar más la revolución en contra del Shogun.
Paralelamente se dieron situaciones semejantes con los Ingleses, firmando otros “tratados desiguales”: con los Británicos en Nagasaki el 14 de octubre de 1854, con los Rusos, en Shimoda al siguiente y más adelante con Francia en 1867. Las potencias occidentales acudieron como moscas, exigiendo parte de un incipiente botín, facilitando fricciones y enfrentamientos que motivaron el afloramiento de un contenido enfrentamiento civil, conocido como Guerra Boshin (1868-1869). Por una parte, nominalmente estaban los partidarios del Shogun y por otra del Emperador (en la figura del Emperador Komei), que finalizaría con la restauración Meiji en 1869, por nominal devolución de poderes a la familia Imperial. Ambos emperadores, padre e hijo, eran miembros del clan Minamoto y descendientes directos e ininterrumpidos de los Emperadores-Sacerdotes. Eso sí, la “restauración” se hizo bajo la protección de las potencias occidentales que tuvieron un papel vergonzante, apoyando a uno u otro bando o a los dos a la vez y haciendo uso abusivo de su fuerza en contra de un país que militarmente hablando estaba –casi- en la Edad Media. No obstante, existía una incipiente clase media (de comerciantes) con claro poder económico con la que estaba endeudado hasta los daiymos, con inclusión de los Tokugawa. De esta manera, la marcha hacia la occidentalización, no comenzó de cero, si no por claro mimetismo (si no copia) de todo lo que llegaba de afuera, que se consideraba de manera importante apetecible y conveniente.
Retrato del Emperador Komei, sin mixturas. Claramente japonés.
Retrato de su hijo el Emperador Meiji, claramente occidental. Yo diría que aparenta un miembro de la familia imperial Rusa o de sus parientes los británicos. Lleva condecoración de sus "aliados" occidentales.
Retrato del Shogun Tokugawa Yoshinobu (1837-1913). Con uniforme militar francés. Los galos apoyaron a los partidarios del Shogunato, al menos, temporalmente.
Retrato de un DAIYMO con su guardia.
Retrato del Comodoro Perry (en el centro) con otros "Bárbaros", en versión japonesa de época.
Retrato occidental del mismo señor. Véase lo extraños que resultaban los occidentales a los japoneses, exagerando todos sus rasgos y hasta el aspecto de su vestuario.
Busto del Comodoro Perry en Shimoda (prefactura de Shizuoka) Considerado en Japón un verdadero héroe. Puntal de la entrada en la época contemporánea con la ”ayuda” de sus famosos “barcos negros”.
Reloj americano, regalo del Comodoro Perry dado a un Samurai de la prefactura de Shizuoka en 1854. Exhibido en el Museo de Historia de Yokohama.
Cañon Japonés de la época de la primera visita del Comodoro Perry al Japón (Circa 1853).
Saludos cordiales
